Un camino hacia la curaduría: ¡mi primera vez!

Puedo decir que por primera vez realicé una curaduría. Lo hice para la exposición titulada «Transformar los museos. A 50 años de la aventura de Santiago». En otras entradas les contaré de esta experiencia a detalle, también prometo una visita guiada videograbada. Sin embargo, en esta ocasión quiero contarles algunos antecedentes para explicar el porqué considero que es mi primera experiencia (¿será la única?) y también compartirles las palabras que leí en la inauguración.

En mi desarrollo profesional en el campo de los museos me inicié como asistente curatorial. Corría el año 2000 cuando mi interés en los museos se perfilaba cada vez más. Tenía pendiente la titulación de la licenciatura en arqueología, pero la suerte —además de las recomendaciones— me llamó para incorporarme al equipo de los antropólogos Enrique Serrano y José Antonio Pompa como asistente curatorial para reestructuramos dos salas del Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.

Terminé ese trabajo, me titulé, e ingresé a la maestría en museología de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con la idea de «ser curadora». Nada podía corresponder más a mi perfil de arqueóloga, interesada en la divulgación de esa disciplina. Pero el destino (¿existe el destino?) me tenía preparado otro camino. «Ya sé que vas para curadora» me dijo mi querida maestra Ana Hortensia Castro, «pero, ¿te interesa trabajar en el desarrollo de un nuevo museo, en el área de estudios de públicos?», continuó. Sí, claro, acepté. Me incorporé al equipo para el desarrollo de lo que sería el Museo Interactivo de Economía.

¿Qué hice en ese proyecto? Principalmente estudios sobre públicos y evaluación de exposiciones. El MIDE me brindó un espacio de aprendizaje sin igual en este campo, al que me he dedicado de lleno por los últimos ocho años. Pero, también hice algunos pininos en curaduría o quizá, mejor dicho, en el desarrollo de contenidos para los aspectos históricos del museo que cuentan la historia del edificio. Así, me embarque en la investigación para documentar el video «Voces del edificio» y para recrear dos accesorias comerciales: el estudio fotográfico Vergara y una sastrería. También me pidieron desarrollar una pequeña exhibición sobre historia de la banca.

Los caminos de la vida (como diría una canción popular) me llevaron entonces a otros rumbos. Y aquí estoy para contarles un poco sobre esta exposición. La invitación me la extendió Alejandra Ruano, una querida colega de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones del INAH. Ella junto con Jesús Álvarez, tuvieron la idea de desarrollar un proyecto expositivo para conmemorar los 50 años de la Mesa Redonda sobre sobre la Importancia y el Desarrollo de los Museos en el Mundo, un evento icónico de la museología latinoamericana con implicaciones en otros contextos internacionales. A esta iniciativa nos sumamos Cecilia Llampallas Sosa y yo. Mi participación abonó a las ideas iniciales desde mi investigación doctoral sobre La Casa del Museo (Ciudad de México, 1972-1980), un proyecto experimental de acción cultural extramuros realizado por el Museo Nacional de Antropología, el cual llevó a la práctica los postulados del Museo Integral derivados de la Mesa Redonda.[1]

Y así comenzó esta aventura. No fue nada fácil, me significó un reto mayor pero también mucha satisfacción. Como me leerán por aquí tratando este tema más de una vez, por ahora lo dejo aquí las palabras que leí en ocasión de la inauguración.

*Transformar los museos. A 50 años de la aventura de Santiago se encuentra en exhibición del 23 de septiembre al 26 de noviembre de 2022 en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, Museo Nacional de Antropología, segundo piso.

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Ciudad de México, septiembre 26, Museo Nacional de Antropología.

Bienvenidas y bienvenidos. Agradezco su presencia a la inauguración de esta exposición conmemorativa de los 50 años de la Mesa Redonda sobre la Importancia y el Desarrollo de los Museos en el Mundo. Puedo decirles que no soy una especialista en la Mesa Redonda como tal; pero los caminos de mi investigación doctoral sobre La Casa del Museo me remitieron necesariamente a ese evento, tuve que leer mucho, y al hacerlo me familiaricé y me apasioné por esta reunión.

En estas palabras, no abordaré el contenido de la exposición ya que les invito a visitarla y no quiero arruinarles la experiencia, prefiero hablares desde los dos lugares que me tocó ocupar, primero en mi calidad de investigadora y luego en mi papel de curadora, que aún no acabo de procesar. Así quisiera contarles brevemente cómo llegué a La Casa del Museo, (y por lo tanto a la Mesa Redonda y a esta exposición). Es el “detrás de cámaras”.

A nivel personal, conocí sobre La Casa del Museo porque siempre se le mencionó, desde que estudié mi maestría se referían a ella y a Santiago. Pero estas menciones no superaban frases como “La Casa del Museo de Mario Vázquez”. En ese entonces esas remembranzas no me parecían relevantes, ni tampoco apuntaban a algún estudio a profundidad. Me parecían “una leyenda urbana” Pasaron los años, me involucré en la producción del número 60 de la revista Gaceta de Museos dedicada a Mario Vázquez. Lo que me llevó a un hallazgo. Rastreando fotos para esta tarea acudí al archivo histórico, para preguntar si existían materiales de la trayectoria de “el profesor”, Ana Luisa me indicó que me dirigiera a la Subdirección de Museografía: “muchas áreas cuentan con su propio archivo”. Así, en un armario de las oficinas de esa área encontré encapsulada una serie de documentos, fotos, libros y revistas que «el profesor dejó ahí cuando se fue». Abrí el armario y ahí estaba toda la documentación. En ese momento supe que el azar me puso frente a los materiales de La Casa del Museo, lo que se convirtió en el centro de mi investigación doctoral.

Pasaron los años, hice la investigación, me doctoré y aquí estamos ante un fruto de ese estudio: la exposición. Al respecto quiero decirles que soy museóloga egresada de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, y que he dedicado muchos años al estudio de los públicos de los museos, a comprender sus experiencias en las exposiciones, a indagar qué tanto de lo que los y las curadoras buscan comunicar, hace eco en los/las visitantes. Y ahora estoy aquí en ese lugar. Qué nervios.

Bueno, pues les cuento que, con toda mi intención, busqué un balance en los recursos: visuales, audiovisuales, sonoros, textos y colección original, que apliqué todo lo aprendido en mi querida ENCRyM, no solo como egresada sino como docente que soy desde 2014, para que esta exposición cuente una historia, para que los intrigue, los sorprenda y los provoque, que les genere preguntas y el interés de saber más, para que pasen un rato agradable.

En el pequeño espacio del que dispusimos (pero con la generosa hospitalidad de esta biblioteca y con la creatividad y experiencia de los museógrafos y las diseñadoras), ofrecemos espacios para la interactividad, para la participación. Incorporé otras estrategias que extienden la experiencia más allá de la visita, pues hay una lista de recursos “para saber más” y una lista musical Spotify que cubre la década de los setenta. Fue todo un reto, y aquí estamos. Ya me comentarán.

Ahora paso a los agradecimientos.

De especial ayuda para contar esta historia de una forma atractiva (eso deseo), fueron los comentarios siempre precisos y bien intencionados, de Ana Graciela Bedolla, de Manuel Gándara y de Paul Rodríguez, con quienes conversé y debatí la narrativa. Mis ideas se sumaron a un planteamiento inicialmente esbozado por Jesús Álvarez y Alejandra Ruano, quien fue también la que me invitó a sumarme a este proyecto, por supuesto con la aprobación y anuencia de Juan Manuel Garibay. De su parte, agradezco el reto que me planteó para pensar en una exposición para públicos diversos. También agradezco el útil y ameno acompañamiento de la propia Alejandra Ruano y Cecilia Llampallas, quienes además de asistirme curatorialmente y realizar diversas gestiones abogaron por los y las visitantes cuando de repente se me salían del radar.

Quiero agradecer por supuesto a todo el equipo de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones, particularmente a Juan Manuel Garibay y a Rafael Ornelas, por la museografía; Julieta Rodríguez y Dulce Ayala por el diseño gráfico, Carolina Carreño por el programa educativo. A Ana Luisa Madrigal del Archivo Histórico del Museo y a su equipo por todo el apoyo brindado durante el desarrollo de mi investigación y para la exposición. A Baltazar Brito Guadarrama director de esta biblioteca que amablemente nos recibe, igualmente a todo su equipo.

En cuanto a mi espacio de trabajo, en la ENCRyM, a su director Gerardo Ramos, a la coordinadora del Posgrado en Estudios y Prácticas Museales, Énoe Mancisidor Pérez, a mis colegas del posgrado y a los y las estudiantes que enriquecen todas nuestras labores, de los que aprendo día a día.

A quienes participaron del proyecto La Casa del Museo Mario Vázquez Rubalcava, Coral Ordoñez, Lilia González (aquí presente), Miriam Arroyo (también presente), Cristina Antúnez, Catalina Denman, Margarito Mancilla. A quienes aprecio y de quienes aprendí tanto, generosamente compartieron sus experiencias conmigo. A mis queridas amigas y colegas de Ibermuseos: Mónica Barcelós, Vanessa de Brito, Natalia Huerta. A mis familiares y amigos de quienes cuento con apoyo, particularmente a mis padres, a Paul Rodríguez y al colectivo cenas para la pandemia.


[1] Leticia Pérez Castellanos, «La Casa del Museo (Ciudad de México, 1972–1980). Una etnografía multilocal sobre la acción cultural extramuros» (Doctorado en Ciencias Antropológicas, Ciudad de México, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, 2020), http://tesiuami.izt.uam.mx/uam/aspuam/presentatesis.php?recno=23528&docs=UAMII23528.pdf.

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Publicaciones sobre museos en México en otros idiomas

Inicié la conformación de una lista de las publicaciones mexicanas sobre museos con la inquietud de concentrar una recopilación que mostrara el estado del arte de nuestr producción editorial al respecto. El criterio fue que se tratara de libros, impresos o digitales, publicados en México. La lista se ha ido incrementando, la ventaja de un medio como éste es que se pueden editar las entradas y agregar más títulos a medida que se van conociendo o publicando.

Mencioné que, en caso de ser necesario, abriría una recopilación separada sobre las publicaciones que abordan asuntos de los museos o la museología mexicana en otras lenguas, como pueden ser el inglés o el portugués.

El día llegó. Espero que estan nueva lista también se incremente con nuevos títulos. Si tienes alguna referencia que aportar, no dudes en enviármela y con gusto la agregaré.

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  1. Achim, M. (2017). From idols to antiquity: forging the National Museum of Mexico. Lincoln, NE: University of Nebraska Press. [Aportación de Cintia Veláquez Marroni]
  2. Davidson Lee y Leticia Pérez Castellanos (2019). Cosmopolitan Ambassadors: International exhibitions, cultural diplomacy and the polycentral museum. Vernon Press. Disponible para compra aquí 
  3. Garrigan, S. E. (2012). Collecting Mexico: Museums, Monuments, and the Creation of National Identity. University of Minnesota Press.
  4. Vasconcellos, Camilo de Mello (2007). Imagens da Revolução Mexicana. O Museu Nacional de História do Mexico. 1940-1982. São Paulo: Alameda, 2007

Mi experiencia en el I Encuentro de educadorxs de museos en México

Los días 15 y el 16 de octubre de 2018, se llevó a cabo el I Encuentro de Educadorxs de Museos en México. Nos dimos cita en el Museo Franz Mayer, en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y en otros recintos del Centro Histórico que también colaboraron.

Antes de que la experiencia se diluya -entre otras que pasaron y otras por venir-, hago una breve reseña de este primer encuentro. Los detalles del evento se pueden consultar en Educadorxs.org

Mi balance

  1. La convocatoria me pareció muy plural. Los colaboradores participantes de las distintas mesas y actividades procedían de variadas instituciones, de muchos estados del país, con edades y perfiles profesionales diversos, y con experiencias muy ricas que compartir.
  2. El encuentro tuvo diversos formatos que lo dinamizaron: conversaciones con profesionales, exposición de carteles, reflexiones grupales, visitas tras bambalinas a las actividades educativas de los museos participantes, presentación editorial, diálogos «movilizados» y talleres.
  3. Tuvo un concepto muy claro guiado por su título: «Donde el corazón late más fuerte» Así, los formatos ya mencionados, se titularon: Círculo clínico, circulación, cardiograma, latidos, cardio, arterias y cardiograma.
  4. Un gran acierto: el balance entre profesionales pioneros, muchos emergentes, y otros con una trayectoria consolidada, representantes de varias instituciones y del sector independiente.
  5. Aplausos para la publicación que antecede y acompaña el evento, con las reflexiones de veintiocho personas que aportaron sus ideas sobre el desarrollo y situación actual de la educación de museos en México.  Al titularse «Donde el corazón late más fuerte. Educadorxs de museos en México I», promete un tomo II.
  6. Genial encontrarme con tantos amigos y colegas, además de conocer a nuevas personas. Una de las sugerencias en el evento fue crear un directorio. Apoyo esta idea.
  7. Me sigue faltando la comunicación en redes sociales de mayor impacto. Sugerencia: en el programa del evento, agregar las cuentas de personas e instituciones para poder arrobarlas, así como la etiqueta o hashtag del encuentro. Las cuentas institucionales de los museos participantes prácticamente no difundieron lo que estaba pasando. A favor: el evento tiene página de facebook en la que colegas han comenzado a compartir su experiencia.

Momentos clave como fueron documentados en Twitter.

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Me encantó formar parte de este Encuentro. Felicito a lxs organizadorxs y espero nos compartan su balance y los resultados de las diversas actividades colaborativas que realizamos.

 

 

La semana de los museos en Twitter «Born in France, raised by the World «

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Estreno blog. Me he encontrado con muchas cosas que decir y poco tiempo para escribir. No obstante me interesa pensar las cosas en voz alta y compartir algunas de mis reflexiones en torno al mundo de lo museal. Una reflexión sobre «lo museal» tendrá que venir después. Por ahora me ocuparé de un evento en redes sociales que sucede ahora mismo:  la semana de los museos #MuseumWeek

Se trata de una iniciativa que, de acuerdo con su propia información, es el primer evento cultural a nivel mundial en Twitter, dio inicio en Francia y se expande por el mundo a medida que más museos se suman a ella.

Durante una semana los diferentes museos registrados intentan atraer la atención de los públicos de esta red social hacia 7 temas, uno por cada día, utilizando para ello diferentes hashtags:  #secretsMW #peopleMW  #architectureMW #heritageMW  #futureMW #zoomMW #loveMW. Abordan así distintas facetas de estas instituciones, mostrando lados ocultos, a las personas que trabajan en estos recintos, su arquitectura, el contenido -su patrimonio-, sus visiones de futuro, los detalles y las anécdotas y el por qué amar a los museos.

Organizada por tercera ocasión, la #MuseumWeek ha atraído la participación cada vez de más museos. En el caso de México, aunque hoy se encuentran presentes sólo 70 museos, hay más presencia que en los años anteriores pero aún estamos lejos de ver un involucramiento a fondo ¿Cuáles serán los motivos detrás de este fenómeno?

Para comenzar hay una simple razón, las redes sociales no son todavía una estrategia de uso extendido en las instituciones museales mexicanas. Basta ver la interesante información recopilada y sistematizada por Nodo Cultura. En la plataforma http://museosmx.org/ se muestran los resultados de esta iniciativa entendida «como un repositorio y recurso de consulta e investigación que trabaja sobre el estado actual de los museos en relación su dimensión digital» Para ello, este colectivo se dio a la tarea de recopilar información sobre todos los museos registrados en el Sistema de Información Cultural de la ahora Secretaría de Cultura e indagar cuáles de ellos usaban las redes sociales y qué redes. Los resultados son sorprendentes.

De entre los 1,323 museos localizados sólo han podido registrarse 468, de los cuales el 57% cuenta ya con página de internet, el 55% utiliza Facebook y el 34% Twitter. Muy pocos son los espacios que llegan a usar otras redes además de las más populares ya mencionadas. Los que mayor cantidad de redes tienen registradas son los museos ubicados en la capital de país (Véase: http://museosmx.org/directorio-de-museos/).

Por su parte, el estudio realizado por Gerardo Landa Rojano en la Maestría en Museología de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía: «Redes sociales en museos mexicanos. Plataforma y posibilidades de las redes sociales en los museos de la Ciudad de México», también nos habla de la problemática presente en el uso de dichas estrategias en la ciudad más poblada del país y con más número de museos, así como de las limitaciones que aún se tienen para una explotación mayor de este recurso.

Personalmente soy seguidora de varios museos en las redes. Como interesada y apasionada del tema de los museos y sus públicos navego en busca de información o estrategias que busquen acercar a las personas hacia estas instituciones. Creo que en México aún estamos lejos de un interés y posibilidades en las instituciones por explorar el ámbito digital de la comunicación y potenciar al máximo el uso de estos recursos para acercar a los públicos actuales y a aquellos que aún están por interesarse.

La semana de los museos por tanto, me parece una excelente estrategia. Ahora mismo andan por ahí un poco más de 100,000 tuits relacionados con alguno de los hashtags propuestos (Véase http://museumweek2016.org/en/twitter-space/), develando por el día de hoy los secretos de los museos participantes: espacios que no son accesibles a los visitantes, datos excepcionales sobre sus colecciones, fotografías de aspectos que no sabemos, restauraciones desconocidas, datos curiosos. A mí por lo menos me dan ganas de quedarme todo el día leyendo sobre esto, después, cuando vuelva a visitar o visite por primera vez cualquiera de estos espacios, ir tras la pista o pensar en todo lo que no conocemos, el detrás de escena.

Espero que el próximo año la situación mejore en México. Hoy felicito a los 70 museos que se unieron y que nos dejan ver algunos de los miles de secretos e historias que se esconden en sus edificios, salas, exposiciones, obras, trabajadores, visitantes, etc.