¿Exposiciones de excelencia? Cómo valorarlas.

Una parte importante del trabajo de los museos se dedica a concebir, planear, diseñar y realizar exposiciones, ya sea para las llamadas muestras permanentes o para propuestas temporales, para exhibir en sus propios espacios o para itinerar en otras instituciones.

A las exposiciones se dedican grandes presupuestos y mucho trabajo. La finalidad: poner en juego objetos, ideas y experiencias para ofrecer propuestas a las miles de personas que acuden a visitarlas. Pero, ¿cómo valorar la calidad de las exposiciones? ¿Cómo saber si una exposición es mala, regular, buena o excelente? En esta entrega de El Diván abordaré un método propuesto por la especialista estadounidense Beverly Serrell.

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Beverly Serrell en el evento Museo Participativo, Papelote, Noviembre 2016

Beverly Serrell ha trabajado en el área de museos desde 1979 como consultora, conferencista y autora de publicaciones en temas relacionados con la concepción, desarrollo y evaluación de todo tipo de exposiciones. Es autora del libro Exhibit Labels: An Interpretive Approach (AltaMira Press, 1996, segunda edición de 2015 por Rowman & Littlefield), del estudio clásico Paying Attention: Visitors and Museum Exhibitions
(American Association of Museums, 1998) y del libro Judging Exhibitions: A Framework for Assessing Excellence (Left Coast Press, 2006), el cual nos ocupa en esta ocasión.

El «Marco de trabajo para valorar las exposiciones desde una perspectiva centrada en los visitantes» fue desarrollado por Serrell en colaboración con colegas pertenecientes al Chicago Museum Exhibitors Group (CMEG), quienes participaron de manera voluntaria revisando y criticando exposiciones para, después, desarrollar un conjunto de estándares compartidos sobre lo que significa una exposición de excelencia [1]. La pregunta de investigación que guió el trabajo fue: Si diferentes profesionales de museos utilizan el mismo juego de estándares para revisar el mismo grupo de exposiciones ¿los revisores coincidirán o no coincidirán en el grado de excelencia para cada exposición? Y si no lo hacen ¿por qué?

Esta propuesta, de acuerdo con la autora, es una vía alternativa a otros métodos por los cuales se pueden valorar las exposiciones abiertas al público: la evaluación sumativa o final, la crítica de exposiciones, las reseñas, los estándares profesionales y las valoraciones críticas [2]. Cada uno se lleva a cabo por ciertos agentes, responde a preguntas y propósitos específicos, genera un producto y está dirigido a una audiencia particular.

El marco de los jueces de excelencia, se realiza por profesionales de museos, responde a las preguntas ¿en qué y por qué estamos de acuerdo o en desacuerdo sobre los criterios de excelencia de esta exposición? Su propósito principal es ayudar al desarrollo profesional, no hay un producto como tal, sino que el aprendizaje se deriva del proceso de participación, y los destinatarios son los propios profesionales de museos que aplican el Marco.

En el libro Judging Exhibitions: A Framework for Assessing Excellence, Serrell relata el proceso de desarrollo del Marco, en qué consiste, cómo usarlo, incluyendo la hoja de trabajo y las instrucciones, así como sus implicaciones conceptuales. Personalmente lo he utilizado en mis clases y cursos sobre Estudios de públicos y evaluación de exposiciones. Me parece una herramienta muy adecuada para reflexionar acerca de los criterios de éxito a tener en mente en el desarrollo de exposiciones, así como para su evaluación desde una perspectiva que considera a los visitantes ¿En qué consiste?

Los participantes del grupo realizaron diversas reuniones y visitas. Propusieron cuatro criterios que toda exposición de excelencia debería cubrir: el confort, lo forma en que cautiva, las posibilidades de refuerzo de los contenidos en la propia exposición y la relevancia de los temas y contenidos para los visitantes. El procedimiento consiste en:  1) reunirse con profesionales del área interesados en aplicar el Marco (entre 6 a 10), para discutir al menos durante dos horas en qué consiste y familiarizarse con éste, 2) elegir una exposición y visitarla individualmente tomando notas sobre su experiencia, 3) generar descripciones de su visita, 4) valorar los aspectos, 5) calificar los criterios, 6) realizar una plenaria para comparar las evaluaciones, y finalmente: aprender y reflexionar sobre todo el proceso.

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Con Beverly Serrell intercambiando opiniones sobre el Marco de los Jueces de Excelencia y el Índice de Centralidad en los Públicos

En una entrega anterior de este blog escribí un ejemplo de su uso. Como mencioné, lo he aplicado en mis cursos, por ello me interesaba contar con una versión en español accesible a la consulta de mis alumnos y otros profesionales interesados. Tuve la fortuna de conocer personalmente a Beverly en su visita a México en 2016, conversar con ella sobre mi experiencia con el Marco y proponerle publicar en este blog la versión traducida del mismo ¡propuesta que aceptó gustosa!

Les invito a leer cuidadosamente el Marco, aplicarlo y compartir su experiencia. Una de las discusiones en las clases al revisarlo y utilizarlo, giró en torno a si todos los criterios son aplicables a nuestros contextos en habla hispana, si los aspectos que se valoran son relevantes para nosotros. Estoy segura de que a Beverly le gustaría conocer nuestras ideas, críticas constructivas y experiencias al respecto.

Solicita la hoja de aplicación del «Marco de trabajo para valorar las exposiciones desde una perspectiva centrada en los visitantes» en español aquí.

¡Gracias Beverly Serrell!

[1] Serrell nos aclara que el Marco es aplicable a exposiciones que tienen propósitos educativos o a exposiciones temáticas que en su propuesta incorporan un mensaje claro a comunicar.

[2] En el artículo de Alan Teller titulado Assessing Excellence in Exhibitions: Three Approaches, el autor discute este método en comparación con otros. Revisa el artículo aquí.

 

 

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¿Qué y cómo comunicamos en las exposiciones?

Museos y exposiciones ¿Son una y la misma cosa? Se dice que la exposición es el medio por excelencia en el museo, y su característica particular. Aunque podemos tener exposiciones sin museo (como en las ferias comerciales), sería casi imposible tener museos sin exposición.

La literatura en este ámbito temático es vasta, va desde publicaciones con definiciones: qué son las exposiciones de museos-, pasando por los tipos que existen, hasta algunos manuales que indican cómo diseñar exposiciones o cómo gestionarlas. No obstante, un asunto medular en este ámbito es el qué y el cómo, de este medio de comunicación.

¿Qué queremos comunicar? ¿Cómo lo queremos hacer? La variedad en temáticas y formatos en las exposiciones amplía mucho el tema; sin embargo, en esta entrada me referiré a aquellas exposiciones que tienen deliberadamente algún tipo de objetivo educativo -en términos amplios-  ya sean históricos, antropológicos o científicos, con la finalidad de contribuir a que públicos más amplios conozcan sobre ciertos temas. No soy una experta en la curaduría o en el diseño de exposiciones, pero sí he acompañado o formado parte de dichos procesos. Además, mi especialidad y trabajo en el ámbito de los estudios sobre los públicos de los museos -y por ende de las exposiciones-, me hace traer a la mesa consideraciones acerca de quién será nuestro interlocutor en este proceso comunicativo y cómo tender puentes con ellos/ellas.

Mi reflexión gira en torno a tres metodologías o caminos sobre el cómo plantear el mensaje principal de una exposición y sus temas. Se deriva de haber participado en talleres con tres especialistas mexicanos en la materia: Manuel Gándara, Horacio Correa y Carmen Sánchez Mora. Desafortunadamente, al momento, ninguno ha publicado sus ideas y métodos para poder consultarlos.

A continuación relataré brevemente mi experiencia con estos enfoques. Al final de este texto ofrezco algunas referencias de utilidad.

Manuel Gándara. La interpretación temática a la mexicana, es decir: la divulgación significativa

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Manuel Gándara y Sam Han en el Coloquio Internacional de Divulgación del Patrimonio, en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía. Octubre, 2017

La interpretación temática es una estrategia de comunicación que surgió en los parques naturales de Estados Unidos como una forma de proveer a los visitantes más que sólo información, para que conocieran estos recursos naturales e instarlos a su conservación. Se dice que el padre de esta corriente es Freeman Tilden. A lo largo de los años, otros expertos se han sumado a la lista de intérpretes famosos, entre ellos, el también estadounidense Sam Ham.

Manuel Gándara, es Doctor en Diseño y Nuevas Tecnologías (UAM-Azcapotzalco), y Doctor en Antropología (Escuela Nacional de Antropología e Historia), su primera formación es como arqueólogo, también por la ENAH. Es responsable de haber importado esta corriente a México, para su aplicación al patrimonio cultural, inicialmente en las zonas arqueológicas. Tras años de reflexión sobre el tema su propuesta ha madurado, con aportaciones derivadas de sus asesorías a la Dirección de Operación de Sitios, del Instituto Nacional de Antropología e Historia; de la enseñanza del tema en la ENAH o en la ENCRyM; de su ejercicio profesional y guiando a numerosos alumnos que han aplicado el enfoque en sus tesis de licenciatura y maestría.

Aunque su propuesta se basa en las ideas generales de los principales exponentes de esta corriente, ha desarrollado una propuesta propia «a la mexicana»: la divulgación significativa.  Se deriva de la articulación y aportes de: 1. la interpretación temática (ya mencionada), 2. los enfoques centrados en el público (reconoce influencias de John Falk, Lynn Dierking, Kathleen McLean y Beverly Serrell), 3. la antropología como celebración de la diversidad y 4. el materialismo histórico -sí, leyó usted bien-, como un reconocimiento de que en lo social todo es histórico y no natural.

Describir a detalle su propuesta rebasa por mucho este espacio. No obstante, rescataré algunos mínimos aspectos que me parecen centrales:

  • La maldición del conocimiento: «siempre pensamos que lo que yo sé lo sabe todo el mundo y que lo que a mí me interesa, le interesa a todos»
  • La maldición de la cotidianeidad: «No somos capaces de ver errores, fallas que están ahí, pero a las cuales estamos muy familiarizados»

En cuanto al proceso de diseño de una exposición con esta metodología, Manuel propone cuatro etapas:

  1. Diseño: se establece el qué, para quién (público meta), para qué, y con qué. Es importante incluir evaluaciones previas o estudios de públicos diagnósticos.
  2. Desarrollo: incluye la preparación de los guiones conceptual, académico, general de divulgación, proyecto ejecutivo y plan de producción. Aquí se plantea el mensaje principal o «tesis» y las correspondientes subtesis.
  3. Aplicación: produción, plan de montaje e instrumentación.
  4. Evaluación: en sus etapas sumativa y correctiva, así como la documentación de todo el proceso.
* Por tesis este especialista entiende: «idea central estructurada en forma de oración: sujeto, verbo y complemento»

María del Carmen Sánchez Mora. Mensaje para llevar.

Carmen Sánchez
Carmen Sánchez en su taller «Ideas Museables» en el marco del 7° curso de evaluación en museos. Febrero, 2018

Carmen Sánchez es una especialista en evaluación de museos y comunicación de la ciencia, quien ha desarrollado su trabajo en la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC), vinculada al Museo de Ciencias Universum. Es una magnífica tallerista. En lo personal, cuando he tomado algún taller con ella, me he llevado gratas experiencias porque tienen objetivos claros de enseñanza y las actividades para alcanzarlos están muy bien estructuradas.

Recientemente en el 7° curso de evaluación de Museos, organizado por el Seminario de Investigación Museológica de la propia DGDC, Carmen impartió el taller llamado «ideas museables», con el propósito demostrar cuál es el proceso para desarrollar una idea sobre una exposición desde su origen: ¿a quién se le ocurre o de dónde surge?, hasta su configuración en los guiones correspondientes -temático, conceptual, museográfico y museológico-.

Nuevamente, me es difícil condensar en tan poco espacio su propuesta. Sin embargo, me interesa hablar de lo que ella llama «factibilidad de la idea» y la «organización de los mensajes». En el primero de estos rubros, Carmen alude a criterios para evaluar si la idea que tenemos, puede o no puede ser desarrollada, en exposición. Nos insta a preguntarnos:

Esta idea: ¿Concuerda con la misión del museo?, ¿es relevante? -tendrá significado para los visitantes y para sus vidas-, ¿es apropiada? -Es decir ¿se puede exhibir como exposición tridimensional?-, ¿es investigable?, ¿es multifacética? -¿se puede presentar en varios niveles con diferentes estrategias de diseño?, ¿es divertida?, los equipos y directivos del museo ¿la apoyan?, ¿se puede respaldar con colecciones?, ¿es independiente? o ¿sólo funciona con el apoyo de guías y mediadores?, ¿es conectiva?, ¿se puede financiar?

En cuanto a la organización de los menajes. Carmen también es partidaria de que el mensaje más importante o «mensaje para llevar» se debe plantear en una sola oración, estructurada en el lenguaje común de los visitantes, no en el lenguaje académico. Nos proporcionó un ejemplo que ilustra esta diferencia. Para una exposición sobre los alacranes, el mensaje principal, planteado en términos académicos fue: «los alacranes -que no son insectos- forman parte del ecosistema y de las cadenas tróficas»; mientras que, el mensaje para llevar fue: «los alacranes no son lo que creemos».

Derivar el mensaje planteado en lenguaje sencillo para los visitantes implica preguntarnos: qué nos gustaría que el público diga al salir de la exposición: «Esta exposición trata de________»

Horacio Correa. El poder de los objetos.

Horacio Correa
Horacio Correa en el Taller de museografía didáctica. Museal, enero 2018

Horacio es un especialista en Museos, quien se ha centrado en el desarrollo de audiencias, la evaluación, la interpretación y el diseño de experiencias. Como profesional del área, ha desarrollado ideas para apoyar a los equipos de trabajo de museos a estructurar el «mensaje para llevar» y las ideas clave de una exposición.

Al inicio del año me tocó compartir sesiones con Horacio, en un curso para el diseño de exposiciones. Sus ideas también abrevan del enfoque de la interpretación propuesto en Estados Unidos, específicamente el realizado por la National Association for Interpretation (NAI). Entre líneas leemos otras aportaciones como los objetivos de comunicación propuestos por John Veverka: qué quiero que la gente sepa (objetivos comunicativos), qué quiero que la gente sienta (objetivos emotivos) y qué quiero que la haga (objetivos de acción).

De la propuesta de Horacio, me parece muy útil la estrategia que utilizó para enfatizar la importancia de los objetos. A través de un ejercicio práctico -con un objeto inicialmente desconocidos para todos-, llevó a los participantes a contrastar lo que podemos saber de éste por simple deducción, y aquellos significados más profundos que los museos deberían develar. Las preguntas a responder fueron:

  • ¿Qué sabemos de este objeto?.- De la observación se extraen hechos y características tangibles.
  • ¿Qué crees saber del objeto?.- Se trata de intangibles e hipótesis que quizá podemos derivar de la exposición que observamos.
  • ¿Qué quieres saber de este objeto?.- Son otros significados, dudas o curiosidades en los que estarían muy interesados los públicos.

La conclusión: normalmente la información que damos a los visitantes es algo que ellos mismos podrían descubrir, y que, por evidente, resulta aburrida e irrelevante. Por el contrario, aquello que se sitúa en el nivel de la interrogación ¿Qué queremos saber? es lo que detona otros sentidos más importantes, interesantes y relevantes que pueden atrapar a los visitantes.

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Es evidente que en tan poco espacio, apenas he logrado esbozar un pequeño asomo a las estrategias planteadas por mis colegas. Por el momento les dejo aquí otros recursos adicionales:

  • Gándara Manuel. 2013. La narrativa y la divulgación significativa del patrimonio en sitios arqueológicos y museos. Gaceta de Museos No. 54. Disponible aquí
  • Jimenez, María Antonieta. 2015. Una metodología para la creación de guiones de divulgación del patrimonio arqueológico. Izarraraz. Intervención. Revista Internacional de Restauración, Conservación y Museología. Disponible aquí
  • Consideraciones sobre la gran idea [inglés]. Disponible aquí