La semana pasada nos dimos cita en el espacio de diálogo y formación que año con año convoca el Seminario de Investigación Museológica (SIM), con sede en el Museo Universum, de la Universidad Nacional Autónoma de México. El SIM organiza un seminario mensual en el que diversos especialistas del ámbito de los museos presentan avances de investigación o aportaciones desde la práctica. Asimismo, coordina el evento anual llamado «Encuentro de prácticas ejemplares en evaluación en museos» y el «Curso Taller Evaluación en Museos» el cual ha alcanzado ya siete ediciones.
Me interesa hablar de este curso porque, poco a poco, presenciamos cómo en éste y otros espacios (como el posgrado en museología de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía, ENCRyM) se ha comenzado a formar una comunidad de práctica en torno a los estudios sobre los públicos de los museos y a la evaluación. Hace algunos años encontrábamos este tipo de eventos pero de manera aislada, hoy es cada vez más frecuente que los espacios de formación reciban a quiénes desean incursionar en el campo, actualizarse o continuar su profesionalización.
Si bien en México aún son pocos los museos que cuentan con un área o departamento especializado para llevar a cabo estas tareas, el interés por acercarse al tema está presente en el personal de distintas áreas y profesiones. El 7° curso al que asisitimos contó con una afluencia de alrededor de 60-70 personas, quienes desde los más diversos contextos y áreas de desempeño estábamos ávidos de nuevos enfoques del tema; o bien, otras metodologías distintas a las que conocemos y aplicamos. Aquí les brindo una pequeña reseña de los tres días de trabajo.
Día 1. Manejo de sistemas de información geográfica (SIG). Carlos Ávalos Franco impartió este módulo. Basado en su experiencia en el Sistema de Información Cultural (SIC) de la Secretaría de Cultura, nos mostró paso a paso cómo utilizar la herramienta Mapa Digital del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), un SIG que «integra información de los elementos naturales y culturales que conforman el entorno geográfico del país y permite relacionarlos con información estadística». Así aprendimos a cargar el mapa de una entidad -en este caso la Ciudad de México- colocar un punto georeferenciado -como un museo- y relacionar información estadística al respecto, por ejemplo, crear una marca denominada buffer, la cual traza un radio alrededor del recurso cultural y permite leer información asociada: número de habitantes, características de la población, entre muchas otras más.
Lo que me llevé: la información y su uso con fines de investigación o gestión, siempre serán una herramienta de gran utilidad en la planeación, la toma de decisiones, para generar políticas, etc.
El reto a superar: capacitarse en estos temas requiere tiempo y esfuerzo para conocer las herramientas y explotarlas a su máxima capacidad. Si tomaron el curso, saben de lo que les hablo. Por si sí y por si no, aquí una probadita del Manual del usuario.
El ponente: ¡gracias Carlos! Excelente sesión. La capacitación en software siempre es un reto, sobre todo con herramientas nuevas y más aún con grupos tan numerosos.
Día 2. Ideas museales. Esta sesión estuvo a cargo de María del Carmen Sánchez Mora. Carmen, como la conocemos es una excelente ponente, experta en evaluación en museos de ciencia y en «tallerear» este tipo de contenidos. Aunque esta parte del curso no se enfocó a la evaluación de exposiciones tal como la conocemos, sí aportó elementos para valorar una «idea museable» y nos ofreció varios criterios de verificación para saber si una idea para una nueva exposición es factible: ¿va acorde con la misión del museo?, ¿es relevante para los visitantes?, ¿es apropiada al medio expositivo?, ¿investigable?, ¿multifacética?, es decir, ¿en sus componentes puede incluir diversidad de medios y estrategias de diseño?, ¿divertida? Los diversos involucrados -autoridades, curadores, educadores, etc.- ¿la apoyan?, ¿puede ser respaldada con objetos (colecciones)? o ¿con qué tipo de equipamientos? Sus contenidos ¿se autosoportan? ¿o requieren de guías o mediadores para su apoyo?, ¿es financiable?
Responder a todas estas preguntas ANTES de iniciar un proyecto, ya es en sí mismo un criterio de evaluación; además, Carmen nos instó a incluir a la evaluación previa (con públicos) durante la etapa de investigación preliminar en el desarrollo de la exposición. También a tenerles siempre en mente mientras transitamos de un tema general, al desarrollo del objetivo, el «mensaje para llevar», el nombre de la exposición, las ideas principales y las ideas secundarias.
Lo que me llevé: al evaluar exposiciones en ocasiones tendemos a poner demasiado peso en los públicos ¿qué se llevan? ¿por qué sí o por qué no aprenden? «no leen», etc., pero antes debemos situarnos en una postura crítica como museo y desarrolladores de exposiciones, ¿qué queremos comunicar? ¿cómo lo hacemos? En esta sesión partimos desde ahí para desarrollar seis propuestas de «ideas museables» en equipos. Muy disfrutable.
El reto a superar: tratar de incorporar este tipo de metodologías en las tareas diarias del diseño de exposiciones. Ganar tiempo en los apretados calendarios para dedicar tiempo a la planeación y la estructuración de ideas claras, teniendo en mente siempre a los visitantes y públicos potenciales. El mayor reto: generar el «mensaje para llevar» (Ya dedicaré una entrada próxima en este blog para hablar de tres acercamientos al tema).
La ponente: ¡gracias Carmen! Una delicia tomar un taller con ella. Es muy clara y siempre tiene alguna herramienta a mano para hacer los ejercicios. Genera confianza en los participantes y todos logramos proponer ideas muy interesantes.
Día 3. Comentarios de los visitantes. El tercer y último día tocó el turno a Patricia Aguilera para dirigir un taller relativo al análisis de los comentarios de los visitantes. Como nos comentó Paty, los comentarios de visitantes son uno de los recursos más «sencillos» y comunes para obtener retroalimentación de nuestros públicos. Hablamos de esas libretas o buzones que están por ahí para dejar opiniones. Siempre se ha dicho que en éstos encontramos ideas extremas, felicitaciones o quejas, de cierta forma reflejan el sentir de los muy satisfechos o de los que experimentaron algo desagradable. La sesión estuvo muy bien balanceada, desde proveer un marco conceptual del cual partir, hasta brindar una metodología para sistematizar los comentarios y obtener alguna valoración al respecto.
Es verdad que los comentarios de los visitantes pueden quedar en el limbo sin que nadie los atienda, analice, dé siguimiento; también es verdad que pueden convertirse en una forma de conocer a los visitantes y sus intereses. Si en sus libros hay comentarios poco relevantes, prueben a poner una pregunta detonadora, algo que guía la conversación, como en el ejemplo de Paty: «Cuéntanos de tu visita».
Lo que me llevé: me recordó mi propia experiencia al sistematizar los comentarios en el Museo Interactivo de Economía mientras trabajé en el área de evaluación, lo cual me hizo pensar nuevamente en el reto de compilar, organizar, analizar muchos comentarios; pero sobre todo, darles cauce hacia las áreas involucradas que pueden resolver o considerar las sugerencias, quejas o información que se vierte.
El reto a superar: nuevamente se trata de lograr incorporar de alguna forma estas tareas en el día a día del museo, para que sean parte de una cultura de la evaluación y no de una evaluación por relleno. A veces pensamos en llevar a cabo estudios de públicos muy elaborados y complejos, que no hacemos por falta de tiempo, personal o presupuesto, pero dejamos de lado las fuentes básicas de información en el museo: la estadística de visita y los libros de comentarios.
La ponente: También ¡gracias Paty! Fue muy refrescante volver a este tema llevados por un hilo conductor muy interesante, con ejemplos y anéctodas. Además los asistentes también realizamos un ejercicio práctico con buenos resultados y una discusión de mucho interés.
A todos y todas las participantes ¡Gracias! Creo que entre todxs logramos un aprendizaje en colectivo. Finalmente a las organizadoras, que además de la calidad del programa y la logística lograron que el último día nos lleváramos nuestra constancia a casa.